El cambio horario
jueves, noviembre 01, 2007
Sí, sé que el cambio horario fue hace más de una semana y que llego tarde a comentarlo, pero ahora que ha pasado un tiempo es cuando estoy en mejores condiciones de expresar mi opinión sobre ello:
RAZONES POR LAS QUE ODIO EL CAMBIO HORARIO:
1. Cuando salgo del trabajo a las 7 es de noche, siempre, todas las tardes. Me repatea salir de trabajar de noche. Cuando es de noche no puedes tomar café porque pareces una adicta a la cafeína. Me gusta el café, de noche, de día y al mediodía, pero no aprecio que piensen que soy una adicta al café. Aunque lo sea, a algún extraño nivel.
2. Los lunes, cuando salgo de guión a las 6.30, es de noche. Me repatea el doble. Siento que se me va la vida de clase en clase, y lo triste es que es verdad. Pero lo pienso menos cuando salgo de día. (Véase, por la mañana, que es cuando deberían impartirse todas las clases).
3. Cuando salgo de la 12&medio a las 7.30 de la mañana del domingo o del sábado es de día, no suelo llevar las gafas de sol y me quedo momentáneamente ciega. No es agradable, no es bonito, no me gusta. Nota para mí: Acuérdate de llevar las gafas de sol cuando salgas.
4. Me despierto antes de que suene el despertador porque entra sol por la ventana. Me gusta dormir. Mucho. No agradezco que me despierten antes de que suene mi despertador. No lo hagáis nunca, o no me responsabilizo de las heridas que sufráis por parte de mi persona.
5. Cuando me despierto a las 5 de la tarde porque llegué a las 8 de la mañana(en defensa propia: si llego antes, el taxi me cuesta cerca de los 4 euros más caro), sólo me queda una hora de sol, lo que me hace sentirme una desfasada que se pasa el día de fiesta (y esto es mentira, porque me pego la semana trabajando y estudiando).
6. La primera semana me pego el día comiendo: una hora antes de la hora de comer ya tengo hambre, y me pongo a picotear hasta dicha hora. Me pasa lo mismo con la merienda y con la cena, y el final de la semana estoy hecha una foca.
En definitiva: No me gusta el cambio horario, me parece incómodo, me trastoca los horarios, me deja ciega y me convierte en una adicta a la cafeína. He dicho.