Korova Milk Bar

Arturo Merayo, el decano de la Facultad de Comunicación de la UCAM, nos dijo hace 4 años al empezar la carrera: "Estos cuatro años se pasan en un parpadeo". En aquel momento, eso me parecía imposible. 4 años eran una eternidad. Sin embargo, este mayo, en nuestra graduación, nos dijo "Ya habéis parpadeado", y me dí cuenta de la razón que tenía.

Ya han pasado 4 años desde que empecé en la UCAM, ya me he licenciado, y cuando miro atrás veo que han pasado tan sumamente rápido que en vez de 4 años parecen 4 meses. Los 4 meses más importantes de mi vida.

No voy a describir qué es lo que he aprendido, porque todo el mundo que ha pasado por la universidad lo sabe, y a la gente que aún no ha terminado no quiero estropearles la sorpresa. Sin embargo, sí quiero recalcar algo que para mí ha sido lo más importante, lo mejor, con diferencia, de estos 4 años: la gente a la que he conocido. Entré a la universidad sola, pero a lo largo de este tiempo he conocido a gente que, ahora mismo, son indispensables en mi vida. No son todos compañeros de clase. Algunos lo fueron en su momento, pero se fueron antes de acabar. Otros ni siquiera viven en Murcia. Pero a todos les tengo algo que agradecer, así que desde este blog que creo que no lee ninguno de ellos, mando unas enormes GRACIAS a María, porque me ha aguantado con paciencia infinita; a Boo, por ser siempre tan comprensiva; a David, porque al final nos hicimos amigos; a Javi, por soportarnos a todos; a Carlos, por ser tan buena persona; a Javi, por estar siempre ahí; a Álex, porque me entiende mejor que nadie que conozco; a Salva, porque es mi hermano a pesar de las adversidades; a Miguel (last but not least) por ser él mismo, por dejarme ser yo misma.

Así que han pasado cuatro años, en los que he conocido a toda este gente tan importante para mí, en los que me he llevado unos cuantos golpes con la realidad, y en los que he crecido más que en los otros 18 años de mi vida. Después de estos cuatro años se ha cerrado una etapa en mi vida, una etapa esencial en la confusión de convertirse en adulto.

Y ahora estoy en Madrid. He empezado una nueva etapa, con gente nueva y en un sitio completamente nuevo. Con ella vendrán nuevas preocupaciones y nuevos problemas, pero seguro que también nuevos buenos momentos, y nuevos amigos.