Me, myself, and I (V)

viernes, agosto 15, 2008

More often than not, las cosas no salen como nosotros quisiéramos. Pasa que una siempre espera de la gente más de lo que le pueden dar, o de lo que le quieren dar, y al final siempre te llevas el chasco. Esa frase de "tan buena que llegas a tonta" se me puede aplicar al pie de la letra, y es que me lo han dicho siempre. "Elvira, eres demasiado buena".

Me duele que me digan eso, ¿qué tiene de malo ser buena? ¿Qué tiene de malo ser capaz de darlo todo, esperando a cambio una ínfima parte de lo que doy? Pues tiene de malo que al final, me paso a tonta, y entonces me hacen daño. Story of my life. Después de algo así siempre digo que nunca más, que no me volverá a pasar, que esta vez he aprendido y que no la próxima vez seré mala, que es lo que parece que gusta, y entonces no me podrán hacer daño. Pero llega la siguiente vez y, como tonta que soy, caigo una vez más.

Mi principal problema es que es uan parte intrínseca de mi forma de ser, que no es que yo dé esperando algo a cambio, es que doy porque me sale solo, porque no sé ser de otra manera, por mucho que me lo proponga. No sé ser mala persona, no sé hacer las cosas a medias. En determinados asuntos, veo la vida en blancos y negros, y olvido que entremedio está el gris, que la zona gris es la zona buena, la zona fácil, que en la zona gris no te pueden hacer daño. Es "casa", como cuando jugaba de pequeña al pillapilla y el banco de El Charco era casa, y si estabas ahí no te podían pillar.

Pero ¿qué se gana? ¿Seguridad? ¿No hacerme daño? Doler es una de las cualidades del ser humano, ese dolor que te corroe las entrañas y que te destroza por dentro. Doler es ser humano, ser persona. Doler es equivalente a estar vivo, porque si no sintiéramos ese dolor, o su equivalente y opuesta alegría, no seríamos humanos. Esos sentimientos son los que hacen que por la mañana me levante sabiendo que estoy viva, que no soy sólo una carcasa rellena de órganos pulsantes que habla, respira y se mueve. Son esas emociones las que hacen que de verdad te sientas humano. El poder de llorar, de reír, de enfadarse a conciencia, ese sólo lo tenemos nosotros, y es lo que nos distingue del resto de seres vivos.

No es que me guste pasarlo mal, no soy masoca ni estoy loca (aunque de esto último no tengo evidencias médicas y mucha gente pensará lo contrario) y, como a todos, prefiero pasarlo bien a pasarlo mal. Sin embargo, cuando me invade el dolor, lo asumo. No lo agradezco, pero no lo rechazo, ni lo aparto. Rechazarlo es aplazar lo inevitable, porque algún día volverá con más fuerza. Y si te insensibilizas contra él, al final dejas de ser humano. Hay que conocer lo malo para poder apreciar la belleza de lo bueno (términos tan relativos, estos del bueno y del malo, pero son las limitaciones de la lengua), hay que conocer lo malo para poder aprender, poder saber, que después de pasarlo mal, siempre toca pasarlo mejor. Son baches del camino, son gajes del oficio del ser humano, inevitable como el paso del tiempo. Si has sido tan sumamente feliz que has querido explotar porque la alegría no te cabía dentro, has de saber que esa misma alegría puede convertirse con el paso del tiempo en un dolor horrible, profundo e inaguantable. Que te costará levantarte y que habrá veces que pienses que no lo conseguirás, pero al final se puede. Siempre. Al final de lo malo te espera lo bueno, y la intensidad de tu dolor te asegura la intensidad de tu alegría más adelante.

Me han hecho daño muchas veces (oh, el melodrama...), y muchas de esas veces he pensado que no podría seguir adelante. He pensado que no podría levantarme y seguir adelante, pero es esa promesa de auténtica felicidad la que me mantiene. No expulso mi dolor, no lo rechazo, porque sé que volverá con más fuerza. Lo acepto, como acepto que el sol sale por las mañanas y que las noches, muy a mi pesar, no son interminables. Ojalá lo fueran. Ojalá lo hubiera sido.

El dolor forma parte de quien soy, y se irá con el tiempo, como siempre pasa. Y como siempre pasa, volverá, sin antes haber sido precedido por otra alegría. Es la intensidad de tus emociones la que decide cómo vivirás tu vida, y yo por ahora elijo esta. Aunque ahora me duela, elijo esta. Y diré que no, que no me merece la pena, pero en el fondo lo sé, lo sé porque lo he elegido yo. Que el dolor cura, y por muy profunda que sea la herida al final cicatriza. Y son estas cicatrices las que me convierten en la persona que soy, con mis cosas buenas y mis cosas malas, con mi dolor más profundo y mi alegría más extrema.

Si no se arriesga, no se gana. Yo arriesgo y pierdo, pero algún día ganaré, la lo veréis. Y entonces todo este dolor valdrá la pena.

What fails to kill me will always make me stronger

Publicado por Elvira en 11:57  

4 comentarios:

Sobre lo que nos hace humanos, hace tiempo leí un buen libro, y lo que seríamos sin esas características tan peculiares de dolor y felicidad.
"La posibilidad de una isla", de Michel Houellebecq.

Como todo libro, tiene su parte de "realidad" que me hizo reflexionar por muchos días (aún lo hago a fecha de hoy)
El dolor siempre estará ahí, y, el fallo como siempre es nuestro. El darle más o menos importancia (al menos eso es lo que dicen los especialistas, con los que cada día estoy más de acuerdo), aunque el camino sea duro.

Pero por encima de todo, ser humano significa hacerme preguntas todos los días, y recordar los buenos y malos momentos, aunque algunos sean recientes y duelan demasiado.

C'est la Vie.
Te dejé un comentario en tu primer artículo del blog, espero que algún día charlemos con más tranquilidad sobre muchos temas acerca de las reflexiones de la vida, los contratiempos, las alegrías, y lo que esperamos en general, porque sin ilusiones sería imposible seguir viviendo..

Unknown dijo...
15 de agosto de 2008, 16:18  

No voy a entrar en la definición que le doy yo a ser humano, porque no tengo tiempo para enrollarme, pero esta entrada me ha hecho pensar, y eso siempre mola. Gracias.

El principio me ha recordado a mi hermana, que también peca de ingenua con algunas personas y que también tiene un estado de ánimo llamémosle binario (alegría o tristeza absolutos), pero a pesar de que te saca unos años hay cosas que tú pareces tener más claras que ella.

Tía, me impresiona ver a alguien con la cabeza tan bien amueblada, tan preparada para vivir la vida. Parece que seas más mayor, en serio.

Tu blog mola.

PD1: ¿Qué ha pasado con los blogs de somosunared? Me salen en el Google Reader, pero parece que la página no funciona.

PD2: Me he dado cuenta que echo de menos a mi hermana, snif. Es que son muchos años juntos, y ahora está a 3.000 km (o por ahí, no los he contado).

MrBlonde dijo...
18 de agosto de 2008, 21:17  

Gracias, MrBlonde. Vaya piropazos me has echado ;) y gracias por seguir leyéndome, a pesar de que pase semanas si aparecer por aquí...se agradece.

Lo de somosunared, es que estamos en proceso de cambiar de servidor. Se supone que en unos días volverá todo a la normalidad.

Elvira dijo...
22 de agosto de 2008, 11:16  

La entrada es de hace mil pero yo la he leído ahora, qué pasa.

Me ha gustado mucho leerlo, no sabría expresar lo que me ha hecho sentir, pero sí que puedo decir que me siento muy muy identificado...

BTW, me encanta como escribes, de verdad de la buena ^^

Capelare dijo...
17 de diciembre de 2008, 3:16  

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