Korova Milk Bar

Si leeis mi blog, sabéis que he estado este sábado en Klubber's, un festival anual de música electrónica que se hace en Madrid.
Por desgracia, yo no he podido ir los dos días, porque los viernes trabajo. Pero el sábado estaba ahí la primera, ¡dándolo todo!

La verdad es que fue completamente impresionante. Llegamos al aparcamiento a eso de las 9, 9.30 de la noche. Estaba ya bastante lleno de gente haciendo botelleo, y nosotras no íbamos a ser menos. Sacamos el ron y empezamos con los cubatas, despacito y con buena letra. A eso de las 10.30 entramos, para hacer rueda de reconocimiento (nos habían informado de que era un poco laberíntico el recinto) y para ver un poco el pampaneo del sitio. Nada más entrar nos llevamos un disgusto: si querías salir y volver a entrar, tenías que pagar 6 euros más, aparte de los 32 euros de la entrada (de un día) o de los 50 del abono (los dos días). Además, para poner una hoja de reclamaciones, tenías que pagar. Me pareció completamente vergonzosa la actitud de la organización...pero el enfado se me pasó pronto xD

Bueno, bajamos a la pista central, donde estaba todo el mogollón de gente. La verdad es que no estaba muy lleno, pero por la hora que era (apenas las 11), no me sorprendió. Dimos un par de vueltas, algunos botes, echamos una que otra foto y salimos a seguir bebiendo.

Entramos ya definitivamente cerca de las 12, porque se nos terminó el ron y porque fuera hacía bastante fresquete y el cortavientos la verdad es que sí, cortar el viento lo hace genial, pero abrigar lo que es abrigar, más bien poco.

La segunda vez que entramos había bastante, bastante más gente. La parte de abajo estaba llena y los balcones de las dos siguientes plantas también. El espectáculo de luces, pantallas y láser durante las sesiones fue impresionante, la música aún más, y el ambiente cojonudo: mucha gente, pero con posibilidad de movimiento, no era tipo sardinas en lata.

En fin, después de horas y horas y horas de baile, a las 6 de la mañana nuestro cuerpo dijo ¡YA BASTA!, y nos fuimos a la parada de Metro. Aún quedaba muchísima gente dentro, pero en la parada de metro había también mucha peña. Y es que tantas horas de baile es demasiado tute, a no ser que vayas drogado hasta los ojos (lo que no era nuestro caso). El metro nos llevó a Príncipe Pío, y de Príncipe Pío fuimos a Atocha, con la intención de cambiar el billete de tren a Murcia por uno que se fuera a las 7. Pero como era domingo, ese tren no existía y nos tocó quedarnos en la estación, muertas de frío, de hambre, de cansancio, llenas de mierda y apestando a fiesta, hasta que salió nuestro tren a las 9.50.

Bueno, como dice mi padre, "sarna con gusto no pica", y la verdad es que a pesar del costreo en el que se convirtió la mañana del domingo, lo pasamos genial y nos reímos como nunca. Está claro que el año que viene repetimos.